jueves, 14 de julio de 2011

Nota para ti

Mi dashboard dice que tengo seis seguidores, pero yo espero que sean menos los que leen esto. Me sorprendo al repasar viejos posts como el de mi viaje a canadá, o mis recuerdos infantiles, y darme cuenta en qué se ha convertido mi blog. En qué me he convertido yo. Creo que siempre he sido la misma, nada más que ya perdí la vergüenza. No me importa que mi hermana o mi mamá, ansiosa de leer lo nuevo que ha escrito su hijita, se tope con algo digno de una vieja amargada y marchita, sin las motivaciones juveniles que yo tendría que poseer, porque claro, tengo toda la vida por delante.
Alguna vez me dijeron "Me da pena saber que estás triste, y es que tu blog no dice otra cosa". Sentí vergüenza, de entrada nomás, porque después me entró una risita al recordar con alivio que somos mucho más complejos que unas palabritas que escribamos por aquí o por allá. Yo he querido hacer de este blog mi tiradero emocional, y si tú o tú o tú alguna vez se preocuparon, déjenme decirles que estoy muy bien. Tengo familia y tengo amigos y un trabajo que me reta a cada momento. Tengo también, por otro lado, un hartazgo y un aburrimiento absolutos, que no he sabido como quitar. Si acaso, he entendido que ni las drogas ni los hombres funcionan.

Dos semanas sobria, y ya me otorgo una breve sonrisa de ánimo, al notar que no he olvidado los nombres de dos o tres personas que me presentaron esta semana, que las paredes no se me vienen encima y que el ansia aún no aparece.

Bien por mi. Muy bien.

No hay comentarios: