jueves, 31 de diciembre de 2009

Lo mismo de todos los años

Con la costumbre de escribir algo cada vez que el año se acaba, no sé que decir de éste.
Acabo de leer lo que pensaba el año pasado y changos, parece ser que el 2009 no fue tan bueno como yo esperaba.
Enfocándome primero en lo positivo, Canadá fue el mejor maldito viaje de mi vida! no cambiaría por absolutamente nada todo lo que viví allá, la gente que conocí, los lugares, la nieve, las luces, una ciudad pequeña y limpia... No me arrepiento de nada de lo que hice en ese glorioso lugar. Conocí a nuevos hermanos, integrantes de una gran familia con miembros de todas partes y con costumbres muy diferentes, dispuestos a escuchar y a querer a completos desconocidos. La sensación de independencia, las preocupaciones de salud, la administración de dinero... Aprendí demasiado.
GRACIAS, CANADÁ, POR SER LO MEJOR QUE ME HA PASADO EN LA VIDA.
En cuanto a la segunda mitad del año, ¿qué puedo decir? Todo se vino abajo tan rápido que me cuesta trabajo creer que estuve tan feliz y tan triste en un mismo tiempo y espacio.
Meses de interminable nostalgia amorosa, depresión, desesperación, aislamiento. Perdí viejas amistades y gané nuevas, aquellos que creían conocerme se dieron cuenta de que estaban equivocados y algunos decidieron apartarse. Hostilidad en casa, hostilidad en la escuela, simplemente fui infeliz durante 4 ó 5 meses. Y la verdad es que sí es una chinga. Apenas comienzo a recuperar ese lado más alegre de mi pero con el nuevo aprendizaje, y me doy cuenta que todos mis problemas son de chocolate.
Sigo pensando en ti, también en ti, amigo, y también en todos ustedes, canadienses. Sigo pensando, o más bien sintiendo, como en una corazonada, que lo que me depara el futuro en cuestiones amorosas es la misma constante de siempre.
Respecto a la escuela, se terminó (y bien) y lo que más me gustaría que sucediera (a modo de propósito y deseo infantil) es encontrar un trabajo en el que pueda partirme la madre como nunca antes, para aprender y explotar.
El sueño guajiro de la independencia económica sigue en pie.
Mi deseo de echar desmadre como nunca antes, también.
2010, no sé que pedirte, pero independientemente de cómo vaya desarrollándose el año, voy con todo.
Doy gracias porque sigo viva, y porque mi familia está bien. Eso es todo lo necesario.

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