martes, 30 de diciembre de 2008

Un poco de sabiduría indígena

"Un hombre va al saber como a la guerra: bien despierto, con miedo, con respeto y con absoluta confianza. Ir en cualquier otra forma al saber o a la guerra es un error, y quien lo cometa vivirá para lamentar sus pasos."
Don Juan

domingo, 28 de diciembre de 2008

Adiós 2008!

He querido escribir dos veces del 2008, pero después de un párrafo me atoro. Pasaron tantas cosas que cuesta trabajo ordenarlas todas, algunas todavía duelen. Las consecuencias de mis actos están ahí diariamente, recordándome lo que hice. No escribiré nada más, simplemente dejaré constancia escrita de lo desastroso que fue este año y de lo mucho que aprendí. Que aunque no sé hacia donde voy o que pasará, si sé lo que no quiero ni debo hacer y que al final de todo, la única persona que estará conmigo siempre, pase lo que pase, soy yo misma.
Sé que el 2009 será un año mejor y yo lucharé porque así sea. También dejaré atrás lo que no me deja en paz, no me deja avanzar ni ser yo misma. Debo exponer las heridas para después sanarlas, como dice una canción.
Agradezco todo lo que tengo y le sacaré provecho a cada oportunidad.
Llega ya, 2009!
Liliana Sánchez Salas

domingo, 21 de diciembre de 2008

Algo de valor


Recibí una vasijita, para que ponga algo de valor en su interior.
Recibí también un libro de sombras, para cuando no pueda dormir.
Recibí apoyo, confianza, amistad.
Todo lo agradezco infinitamente.
¿Algo de valor?
No sé que podría guardar, pero esa vasijita se viene conmigo a Canadá, tal vez allá encuentre algo nuevo, que no esté contaminado.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Moments of desperation

AY SIIIIIIIIIIIII NO, ahora que todo ha quedado claro, es difícil aguantarse las ganas de armar un desmadre organizado. Desesperación por llamar, por ver, por estar, por saber! Sobre todo por saber, qué pinches ganas de joderme la existencia.
"I should be my own best friend, not fuck myself in the head with stupid men"
Peeero, afortunadamente, con la experiencia que poseo en estos menesteres, lo mejor es aplicar el viejo dicho que te quita de la mente todo pensamiento:
"NEL, NEL, NEL. A LA VERGA!"
Suena tonto, pero vaya que funciona. Me funcionó durante tres meses y me funcionará durante 3 semanas, que son las que me quedan para irme.
Sólo repite la frase las veces que seas necesarias, y alejarás de tu mente el pensamiento molesto o doloroso.
No hay falla.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Un buen día

Al contrario del último post, el de ayer fue un buen día. Conocí a alguien, en persona, quiero decir. Hasta antes de eso, todo el contacto había sido por myspace, msn y sms pero al fin llegó la oportunidad de conocernos. A diferencia de mis amigas, que pensaban que sería un asesino en serie o un violador o un gordo horrendo, resultó ser muy agradable, inofensivo, gracioso, dulce. Incluso guapo, en fin... Era una situación donde no se podía perder nada pero sí ganar mucho. Y asi fue. No quiero precipitarme, puesto que apenas nos hemos visto una vez, hay planes de una segunda visita, pero hay un 50/50 de posibilidad. Yo sólo digo que puede ser el comienzo de algo muy bueno, una amistad... o lo que sea. A larga distancia, claro está.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Día horrendo

Hoy fue un día simplemente apestoso! Choqué, tuve que ir a hacerme exámenes médicos, mi mamá se enojó conmigo y me gritoneó todo el camino (y ni siquiera por el choque sino por las cuestiones de salud), mi papá seguramente se enojará conmigo y dirá algo sobre los gastos tan fuertes que se están haciendo y demás...
Cómo si no lo supiera! uno no va por la vida queriendo chocar! maldita sea!
Ash, pinche dia feo.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Kapuscinski

Recuerdo las épocas en las que tomé la decisión de estudiar periodismo. Creía ingenuamente que terminando la carrera, con un título bajo el brazo, conseguiría trabajo en alguna agencia de noticias internacional y me mandarían de inmediato a África o el Medio Oriente, para cubrir los acontecimientos más importantes del momento. Yo quería ser corresponsal de guerra, escribir desde las trincheras, consiguiendo información de primera mano, mezclándome con soldados y políticos, dándome a entender con señas, mostrando mis credenciales en todas las fronteras, con miedo a morir después de cada bombazo que estallara en el aire. Este anhelo había nacido de forma temprana, probablemente por alguna lectura, sin embargo, después de que conocí a Kapuscinski, la idea que yo tenía sobre cómo debía ser un periodista, cambió totalmente.

Ryszard Kapuscinski nació el 4 de marzo de 1932 en Pinsk, Polonia, hoy Bielorrusia. Siendo niño, vivió la guerra de Varsovia en condiciones de refugiado, situación que lo marcó para siempre y determinó no sólo su estilo periodístico sino su espíritu.

A los 17 años, un joven Kapuscinski se inició en el periodismo, colaborando con la revista “Hoy y mañana”. Mientras tanto, cursaba la carrera de Arte e Historia en la Universidad de Varsovia, preparación fundamental que le brindaría el estilo literario que lo caracterizaría más adelante.

Recién graduado, Ryszard Kapuscinski ingresó al Partido de los Trabajadores Unidos de Polonia, del que fue miembro de 1954 a 1981. Por esta situación, se ha especulado que Kapuscinski era un espía comunista, sin embargo, en declaraciones posteriores, el periodista afirmó que la única manera de salir del país bajo el régimen comunista, era colaborando con éste, por lo que mantuvo una actitud cordial y servicial con los altos mandos del partido, de esta manera obtuvo el pase de salida que lo mantendría lejos de Varsovia por muchos años. Kapuscinski sabía que de no colaborar, jamás podría abandonar su país, aún así, no aportó ningún documento significativo al gobierno. Este acto demuestra la astucia y determinación que lo acompañarían a lo largo de su vida.

En 1964, fue contratado por la Agencia de Prensa Polaca (PAP) como el único corresponsal internacional de ésta, encargado de cubrir las noticias más importantes de 50 países. Rápidamente, Kapuscinski se vio envuelto en una labor agotadora pero apasionante, que lo llevó a Asía, África, Europa y América, territorios en los que vivió guerras, golpes de Estado, revueltas sociales, masacres y demás.

Siendo Polonia un país pobre en la época de la posguerra, la PAP le exigía a Kapuscinski el menor gasto posible, situación que obligó al periodista a redactar telegramas de 800 palabras narrando todo un golpe de Estado, a hospedarse en hoteles sucios y viejos, a viajar largas jornadas en autobús, a alimentarse precariamente. Estas condiciones, que hubieran desanimado a cualquiera, no tuvieron ese efecto con Kapuscinski, al contrario, lo forzaron a siempre buscar recursos y alternativas, a nunca perder la humildad que lo caracterizó y lo más importante, a escribir aparte todo lo que no podía mandar en los cables a Polonia.

Gracias a estos cuadernos llenos de apuntes, hoy se conocen las vivencias de este periodista que vio pasar la historia frente a sus ojos, y que a diferencia de sus colegas, no corría al bar cada vez que terminaba la jornada de trabajo, sino que corría a su habitación a escribir.

Ser corresponsal, un trabajo agotador, era mi única manera de tener dinero para viajar. Como periodista estaba sujeto a los criterios de brevedad y ahorro. No podía ofrecer un cuadro completo de la situación, en mis artículos no había sitio para las sensaciones, el trasfondo de las cosas, los paralelismos históricos ni las reflexiones. Trabajaba en los países del Tercer Mundo y redactaba informaciones muy pobres. Reducía todo a los hechos desnudos. pero así impedía que mis lectores obtuvieran un sentido de las proporciones. Fuera de su alcance quedaba un mundo inmenso. Por eso empecé a escribir libros.”

Kapuscinski no era un enviado especial, que se quedaba encerrado disfrutando de las comodidades de su hotel una vez que terminaba el trabajo. A él le interesaba el contacto con la gente, mezclarse con ella para no ser visto como un extraño y de esta manera obtener información de forma natural, no cómo un humano que observa fascinado animales en un zoológico.

“Éste no es un libro sobre África, sino sobre algunas personas de allí, sobre mis encuentros con ellas y el tiempo que pasamos juntos. Este continente es demasiado grande para describirlo. Es todo un océano, un planeta aparte, todo un cosmos heterogéneo y de una riqueza extraordinaria. Sólo por una convención reduccionista, por comodidad, decimos <África>. En la realidad, salvo por el nombre geográfico, África no existe.”

Cuando estuvo en África, continente plagado de revueltas sociales, golpes de Estado, traiciones, genocidio y guerra, Kapuscinski decidió establecerse en los barrios donde vivía la gente negra. Sabía que si reporteaba unas cuantas horas y después regresaba a su hotel, los oriundos no confiarían en él. Así que rentó cuartos donde pudo, y aunque al principio lo miraban con recelo, tarde o temprano era aceptado como un negro más, siempre respetuoso de las costumbres del lugar.

Se convirtió en un observador silencioso, que no emite juicios, pues sabe que nunca podrá entender este lugar tan alejado de las costumbres occidentales. Kapuscinski pasea por las calles de Ghana, de Botswana, de Angola. En todos estos lugares encuentra niños soldados, que le amenazan con su arma a cambio de comida, le sonríe a mujeres que día tras día exponen su piel de cobre bajo un sol arrasador para vender su mercancía, que se queda, no se vende. Convive con los negros que se han aprovechado de sus puestos en el gobierno, que derrochan el dinero y la comida, que a la menor señal de alarma abandonan el país, sin considerar a toda la gente que no entiende que pasa y sólo se preocupa por subsistir. Kapuscinski recorre kilómetros interminables de lodo y teme voltear a los lados, pues sabe que se sentirá más cerca de la muerte. Sufre de la extorsión cada vez que llega a algún país africano, pues en cuanto baja del avión, sus documentos le son arrebatados y después revendidos, a cambio de no ser asesinado. Se sorprende diariamente, cuando es testigo de escenas en las que cientos de perros se aparean al mismo tiempo para el divertimento de los soldados; no puede creer como es que la gente se dedica el día entero a cuidar a sus animales y no los come, a pesar de que estén muriendo de hambre; se conmueve al observar dos cadáveres en medio del desierto, el de un caballo y un hombre, que pudo haberse salvado pero prefirió darle agua a su compañero de viaje.

Y aunque todas estas situaciones, cotidianas para los africanos, puedan parecer ilógicas, impensables e increíbles, el mismo Kapuscinski tuvo momentos de locura, que lo llevaron a la grandeza de ser considerado el mejor periodista del siglo. Por cubrir el acontecimiento en turno, este sencillo corresponsal fue encarcelado 40 veces y condenado a muerte otras tantas, pero inexplicablemente, sorteó todos los peligros, para continuar escribiendo libros apasionantes, que mezclan la crónica periodística, la prosa y la poesía de manera magistral.

“El corresponsal debe ser un hombre de gran resistencia física y psíquica, pues ¿de qué nos sirve un corresponsal si se abandona a la depresión y cae en un estado de postración que lo inmoviliza y le impide escribir una sola palabra en los momentos clave?... Tampoco debe tener miedo, el que se estremece con sólo pensar en las amebas y en las enfermedades venéreas, en que le robarán y apalearán; el que ahorra cada dólar para construirse una casa cuando vuelva a su país; el que no sabe dormir en una choza y el que desprecia a la gente sobre la cual escribe”.

Esta última frase es fundamental para comprender la importancia de Kapuscinski en el periodismo que se escribe sobre países tercermundistas. Estar, ver, oír, compartir y pensar, los cinco sentidos de un periodista, no sólo tienen que ver con el hecho de ser oportunos y eficaces, de nada sirve escribir sobre la gente como si fueran tontos, de manera cínica y burlona, viéndolos como seres inferiores. La empatía caracteriza el trabajo de Kapuscinski y es gracias a ella que obtuvo tanta información de primera mano, siempre subrayando el valor del humano al que se describe y entrevista.

“Para mí una de las características del reportero es la empatía, esa habilidad de sentirse inmediatamente como uno de la familia. Compartir dolores, los problemas, los sufrimientos, las alegrías de la gente, que de inmediato reconocen si él está realmente entre ellos o si es un pasajero que vino, miró alrededor y se fue.”

Para el galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades y el Premio Letterario Elsa Morante, el periodismo es una misión de vida, que requiere una vocación y un espíritu guerrero e incansable, con el que pocos cuentan. Sin duda, no hay ejemplo mejor que el de este autor para todos aquellos que como yo, ansían convertirse en la voz y los ojos de una sociedad.

Kapuscinski murió el 23 de enero de 2007 en Varsovia, de una grave enfermedad no especificada.

LILIANA SÁNCHEZ SALAS

jueves, 13 de noviembre de 2008

Things to do ¿alone?

1. Buy a guinea pig, and named it after a Hayao Miyazaki's movie.
2. Take a trip to some beach or forest.
3. Smoke some weed and have sex, involving all kinds of feelings.
4. Take a trip to a small town, stay there one night, walk all over the place, say hi to the people, buy something that reminds me of that place.
5. Take a photo shoot of someone, and viceversa.
6. Go to a rock concert, scream like someone about to be murdered, get retardedly drunk or high and be really really happy for about 4 hours.
7. Get dressed for some party, and look drop dead gorgeous.
8. Move out of my house and live in a small loft.
9. Have lots of friends and let them crash as many times as they want.
10. Buy a new car, and try its speed on the road.
11. Go to millions of parties in one night and sleep in a motel.
12. Write letters to all my friends.
13. Invite my family to some fancy restaurant and then pay the check.
14. Live abroad for a few months.
15. Give a book as a present, and hope the person loves it as much as I do.
16. Write a poem.
17. Take ball dance lessons.
18. Take hip hop dance lessons.
19. Learn to play at least one song with each instrument mentioned (bass, guitar, drums, saxo).
20. Have a full tank of gas and drive without direction until it ends.
21. Write and sing a song.
22. Try some magic mushrooms.
23. Draw something really colorful.
24. Put together a small concert.
25. Travel to some place far away from here just to see a band.
26. Take the sun, topless.
27. Wear a mini mini skirt.
28. Get soaked and then get dry inside a really warm place.
29. Make an appearance on a film or a music video.
30. Get a tattoo.

domingo, 9 de noviembre de 2008

Recuerdos de la infancia pt. 2

Hoy quiero compartirles (jajaja eso sonó como a Chepina o algo así) un recuerdo de la infancia menos alegre que el de la vez pasada.
En cuarto de primaria, tenía una amiga llamada Ximena. Ximena no se caracterizaba por su simpatía ni por su belleza, era una niña normal. Un día, para la clase de español, teníamos que hacer la descripción de alguno de nuestros compañeritos. Yo la elegí a ella, pero contrario a lo que pueden pensar, no la elegí por ser mi mejor amiga ni mucho menos, la elegí para burlarme públicamente de sus defectos. Y recuerdo muy bien que como yo le caía harto bien a la maestra y a los compañeritos, todos me animaron para que leyera en voz alta mi descripción. A la fecha no puedo entender porqué no dije a la mera hora "no, esperen, tengo que cambiarle algunas cosas" o "mejor alguien más y ahorita yo", etc. No. Dije "bueno" y hasta me paré. Comencé "Ximena es una niña flaquita que tiene los ojos de sapo, es morena como sin chiste y tiene el cabello corto y negro..." La risa de todos no se hizo esperar y decidí voltear a donde estaba Ximena. Creo que esa fue la primera vez que alguien me miró con odio (y que yo lo noté). Ella se reía con todos pero sus ojos eran, literalmente, como dos pistolas. Terminé mi descripción diciendo algo así como "Pero aún así, con todos estos defectos, es mi mejor amiga y la quiero mucho" y no puedo entender por qué, pero todos me ovacionaron. La gente se divirtió con la crueldad alevosa que yo utilicé! Ni siquiera la maestra me miró reprobatoriamente, al contrario, me miraba muy divertida. Después le tocó el turno a Ximena, que en cinco minutos reescribió su descripción, para que se adecuara a las circunstancias. "Liliana es una niña enorme que pesa como 58 kilos y nunca se peina..." nuevamente, las risas de todos. Yo no sabía como reaccionar, pero en unos segundos decidí que lo mejor sería reirme al igual que ella. Amigos y enemigos disfrutaban con esta nueva lectura llena de crueldad (créanme, yo estaba completamente consciente de que pesaba como 15 kilos más que las niñas normales, y que también medía como 15 cm más, no necesitaba que nadie lo expusiera; al igual que ella no necesitaba que nadie señalara sus ojos saltones cuando todo mundo sabía que estaban ahí), la maestra continuaba divertida, Ximena fue igualmente ovacionada. Creo que si nos hubiéramos peleado a golpes, nadie nos detendría, más bien se pondrían a gritar "sangre! sangre!". En ese pequeño salón de 4to A, de la primaria Josué Mirlo, me di cuenta un poco de cómo era el mundo (y la gente). De cómo era yo y porqué si Ximena no me había hecho nada, yo decidí humillarla públicamente. Es cierto que los niños pueden ser muy crueles, pero chale! pobre de ella, definitivamente no se merecía semejante gandallez de mi parte. Espero que actualmente, no recuerde este incidente.
Ven? les dije que no sería tan alegre como el anterior...

lunes, 13 de octubre de 2008

Sin Sangre

... Entonces pensó que, por mucho que la vida sea incomprensible, probablemente la atravesamos con el único deseo de regresar al infierno que nos creó, y de habitar en el mismo junto a quien, en una ocasión, nos salvó de aquel infierno. Intentó preguntarse de dónde procedía esa absurda fidelidad al horror, pero descubrió que no tenía respuestas. Sólo comprendía que nada es más fuerte que ese instinto de volver donde nos desgarraron, y de seguir repitiendo ese instante años y años. Pensando tan sólo que quien nos salvó en una ocasión puede después hacerlo para siempre. En un largo infierno idéntico a aquel del que venimos. Pero de pronto, clemente. Y sin sangre...

Alessandro Baricco

Perdonar

Por más que lo intento, no puedo. Quiero avanzar, quiero dejar de pensar en eso pero siempre termino en lo mismo.
Quiero paz, la necesito.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Post lleno de odio

Como el título lo dice, voy a escupir todo el pinche veneno que traigo (con groserías, ajá) en este espacio libre de censura y chismorreo.
Cada día crece más mi lista de "personas non-gratas", y es que NO MAMES! NO MAMES! ya estoy hasta la pinche madre de la gente!!!! por qué todos (no me excluyo) seremos tan mierdas?? lo más fácil es decir que porque somos humanos, pero carajo! en verdad, nada de lo que hacemos tiene sentido. Destruimos a la gente que más nos quiere (y probablemente que más queremos), mentimos, nos burlamos, lastimamos, criticamos, no toleramos (como yo en este mismo instante), terminamos con todo.
Mientras pasan los años y voy creciendo, se reduce mi lista de "amigos". Se van quedando unos pocos y me parece cada vez más difícil pensar que no me traicionarán. Nacen más y más dudas, ¿quién ha sido mi amigo? ¿quiénes solamente me han dicho lo que quería escuchar? ¿quiénes han esperado el momento adecuado para después enterrar el cuchillo? ¿quiénes han utilizado mis vulnerabilidades para pegar donde más duele? ¿quién se ha metido con mi centro? ¿por qué he permitido esta clase de cosas?
La verdad no lo sé, y me dan ganas, como dice la canción de los tacubos, de hacer una lista de mis errores, de los menores hasta los peores, que exponga todo todo. También me da ganas de hacer una lista de los amigos y los pseudoamigos, y valorar esas relaciones. Tal vez descubra que es completamente ficticia, o tal vez me lleve una agradable sorpresa.
Recuerdo ese 14 de febrero secundariesco en el que recibí muchas cartas de gente que me consideraba su amiga. Me pregunto que habrá pasado con la mayoría de esos sujetos. ¿A cuánta gente no habré decepcionado? ¿traicionado? ¿lastimado (con alevosía y ventaja)? ¿mentido?. Bueno, de algo sí estoy segura. Nunca jamás he dicho "AY SI NO MAMES PINCHE VIEJA (O WEY) ME CAGA ESTA DE LA VERGA, SI SI TE APOYO HAY QUE UNIRNOS EN SU CONTRA" para después ver en su álbum de fotos (llamado "Amigos") una foto con esa supuesta persona que también detestan. CHALE.
Todos esos comentarios mala leche, esas veces que lo que yo esperaba nunca llegó, para dar paso a sinsabores y desconciertos, una por una, esas cosas me han cambiado. Antes era más noble, y pensaba que todas las personas eran "buenas". Pero no, las personas no son buenas ni malas, simplemente se van moviendo por la vida conforme a sus intereses. Y uno puede tomar sus acciones como personales o no, dependiendo si te viste afectado, y últimamente me ha costado un pinche trabajo no tomármelo personal... En serio, si me pudiera ver de acuerdo a los colores que predominan en mi, probablemente tendría un color base y un chingo de manchas negras. Por más que me aferro a confiar en la gente, siempre tienen que salir con sus mamadas. Debido a este inevitable círculo, hace algunos meses, cuando se metieron conmigo, cuando me partieron la madre por completo, me di cuenta de que había llegado sola y me iría sola. Muchas personas vienen y van y te aportan cualquier cosa pero ninguna permanecerá para siempre y no se les debe dar más importancia de la que tienen.
Otra cosa que me emperra, es la cobardía de la gente. ¿Por qué tenemos tanto miedo a decir la verdad? entre amigos, entre novios, entre familia, siempre es un pinche miedo a las consecuencias que te lleva a mentir. Me cagaaa me caga y para mi fortuna, siempre he descubierto las mentiras que me han dicho. A veces han sido nimiedades pero otras son como patadas en la nuca. Últimamente la mayoría de verdades descubiertas sólo han servido para que me sienta como una pendeja, por creerle a la gente, por confiar en algo que no existe, por ingenua, por que ya me han dicho muchas veces que si quiero que me vaya mejor en la vida tengo que ser mala onda. Pero porqueeeeeeeeeeee??? Recuerdo una conversación con uno de mis amigos amigos, sin comillas, en la que yo despotricaba contra la vida y contra un sujeto, y le decía que ya me valía madre todo y que no iba a volver a ser buena onda con pinche nadie. De todas las respuestas que me podía dar, creo que me dio la mejor: "No lil, no caigas en el juego del pinche sistema. Ellos quieren que sea asi, que la gente no confíe en nadie, que todos seamos bien mierda con todos, para que nos puedan controlar, pero si tú te sales de ese molde, vas a ser más chingona, no vas a formar parte del sistema". Probablemente esto sea lo más sensato que ha dicho desde que lo conozco. Y me deja pensando mucho, pero en verdad, ya me cansé bien cabrón de toda esa gente mierdera. Ya me cansé de mi misma y mis rencores, ya me cansé de no poder superar problemas del pasado, de que afecten tanto al presente. YA ME CANSÉ!!!!!!!!! Un día voy a sacar una pistola de la nada y los voy a matar a todos.

lunes, 1 de septiembre de 2008

viernes, 29 de agosto de 2008

Cochina Decepción

En la escuela de Comunicación de la Universidad Anáhuac, existe una cosa llamada "Premios Ángeles", en los que supuestamente se premian los mejores trabajos de todo un año escolar. Digo supuestamente porque muchas veces, los alumnos no meten ni madre y si hay un competidor por categoría, pues gana por default. Yo nunca había metido nada, ya fuera porque se me pasaba la fecha de entrega de trabajos o porque no sentía que había hecho algo digno de premiarse, pero el semestre pasado decidí que si inscribiría alguna cosa.

Hace como un año, fui con María (la mejor persona que he conocido en la vida) al centro. Llevamos nuestras cámaras y nos aventuramos a tomar fotos de lo que en el momento, se veía "paique". Después de haber tomado fuentes, caras, personas, etc. apareció en la plancha del zócalo, Oscar, virtuoso saxofonista de las calles. Al principio me dio pena acercarme, pero después me di cuenta que no podía perder la oportunidad de tomarle fotos. Juntamos nuestros pesitos y después de echarle 20 en la funda del saxofón, comenzó a tocar y nosotras a disparar. Le tomé de lado, de frente, de abajo, en fin, desde todas las posiciones que se me ocurrieron, sin embargo, hubo un momento en que se paró justo debajo de la bandera y me tiré al piso para encuadrar lo más chingón posible. Cuando terminó de tocar, Óscar nos dijo "son unos ángeles" y se fue. No lo he vuelto a ver, espero que siga vivo, ya está grande...Total que a la hora de revelar e imprimir, descubrí que sí había quedado bien. La amplié a tamaño carta y la pegué en mi cuarto. Después de unos meses decidí meterla a los ángeles en la categoría "Foto Blanco y Negro".

El otro trabajo que metí a los premios fue un reportaje llamado "Cómo se produce un disco de manera independiente", que fue mi proyecto final para "periodismo de espectáculos".

¡Ninguno de los dos ganó! y aunque todos dicen que los premios están truqueados y son medio una basura y no valen nada curricularmente me sentí bien mal!!!!! Neta que yo ya me imaginaba en el podio agradeciendo a Mari por haberme acompañado al zócalo y a mi profesor Sergio por guíarme en la elaboración de mi gran reportaje. Ni siquiera pude ver la foto que me ganó, puesto que la producción de los premios la regó bien gacho muchas veces y tampoco tendré de vuelta a Oscar, porque se quedan con todos los trabajos.

CHALE! Hasta porra llevé :(

Y lo peor es que soy el ser más chillón del mundo y se me salieron las lagrimillas. Sí me gusta que me hagan sentir mejor pero en ese momento, no sé, sólo quería llorar a moco tendido sin que nadie me viera jaja, pero me tuve que aguantar y escuchar amables palabras de apoyo...

Sé que en unos días, esta experiencia me parecerá graciosa, pero por lo pronto, sólo es una cochina decepción!

malditos, malditos sean!

viernes, 8 de agosto de 2008

Jocosos recuerdos de la infancia pt. 1

Hace poco, un amigo que gusta de experimentar con sustancias para expandir su conciencia (ajá, le gusta drogarse) me dijo "nooo mano, es que cuando eres niño estás permanentemente pacheco". La verdad esto me dio mucha risa ya que él estaba ídem. Sin embargo, su elocuente declaración me dejó pensando y puede que tenga algo de cierto.
Cuando eres niño todos los colores son más brillantes, las dimensiones de las cosas están alteradas. Puede que veas la puerta enooorme (para tus tías las gordas) y subirte a una silla te cueste mucho trabajo. Los chistes "fosis" son los mejores que has escuchado en la vida y no puedes dejar de reirte, hasta te orinas. Dices lo que se te viene a la mente sin importarte si es políticamente correcto. También dibujas o escribes cuentos con historias increíbles y personajes completamente inventados. Puede que tengas los sentidos más desarrollados o no sé qué, pero hasta hoy recuerdas el olor de la casa de tu abuelita, cuando ibas a comer los domingos. Tampoco se te olvida el sabor de la tierra ni todas las cochinadas que agarrabas y te metías a la boca sin mayor problema. Ahora no puedes comer ni un pambazo en la calle porque ya te da gastroenteritis.
Y sí es cierto, los pachecos, que generalmente dicen cosas sin sentido o ridículas, parecen aprender todo de nuevo. "TSSSS NO MAAAAA ¿¿¿a poco esa canción tiene esos ruiditos??? ¿¿¿a poco esa escena es de esa película??? ¿a poco no se parece a la de ____________(nombre de una película al azar, aquí)?", las cosas saben endemoniadamente ricas (recuerdo a un amigo comiendo helado de chocolate, alegando que así sabría Dios si lo hicieran helado) y el tiempo transcurre lento, lento o tan rápido como un parpadeo.
Pero bueno, tú ¿de qué te acuerdas de tu niñez? Muchos suelen decir "ah si, fui muy feliz", otros "ay no, yo no tuve infancia" pero lo más seguro es que todos recuerden con exactitud el día en el que la maestra los regañó enfrente del salón, el día que les pusieron un apodo que odiaron por el resto de sus días, la niña o niño que les gustaba y cómo era, en fin.
Por mi parte, tengo muchísimos recuerdos pero el que hoy quiero plasmar tiene que ver con la playa. No me acuerdo cuántos años tenía, ni si ya había engordado o no, pero sí recuerdo que el día que nos íbamos a Puerto Escondido, me tardé mucho en despertarme y mi mamá no me ayudó a vestirme, así que tuve que ponerme lo primero que encontré en los cajones y bajar corriendo a desayunar. Un overol de los cazafantasmas (probablemente de mis hermanas porque a mí esa película ni me tocó) y una playera de manga larga y cuello de tortuga, sin camiseta interior, porque se me iba a hacer más tarde.
Mis papás en los asientos de adelante y mis dos hermanas y yo atrás, partimos hacia Oaxaca en el viaje más largo y molesto de mi vida. Doce horas en carretera con un pinche sol insoportable y a la taruga niña se le ocurrió ponerse una playera de ¡cuello de tortuga! No pasaron ni tres horas cuando ya me estaba quejando amargamente de mi situación. Recuerdo que mis hermanas ni me pelaban y jugaban ahorcados o timbiriche en un cuaderno y mis papás iban adelante platicando. No me hicieron mucho caso hasta que llegamos a una gasolinería y me vieron como una plasta sudada y deforme. Para acabarla de amolar se me había pegado el overol a la piel y no me quería mover. Así que no bajé a estirarme ni al baño como lo hicieron mis hermanas. Mi papá me propuso varias soluciones, como que me pusiera mi traje de baño "de una vez" o la más sensata, que me quitara esa maldita playera. Pero ¡no! ¿cómo me iban a ver todos mitad encuerada? Mi pudor me lo impidió y decidí aguantarme las seis horas que faltaban.
La verdad es que ya no me acuerdo si al final mandé a la goma el pudor (háganme el favor, si tenía como 6 ó 7 años) y me quité la cochina playera o si de plano me puse el traje de baño, pero lo que sí recuerdo es Puerto Escondido. Una playa hermosa, que para esa tierna edad debió parecerme impresionante, con poca gente, agua muy clarita y tranquila (siempre me han dado miedo las olas grandes) y lo mejor de todo, ¡con un río! un río a sólo unos pasos del mar. Recuerdo que todos querían nadar en el mar, pero a mi me molestaba la sal en los ojos, así que le pedí a mi mamá que me acompañara al río. Y fuimos, y "nadé" (porque se me hace que ni sabía y traía unos flotadores). Abajo del agua había muchas piedritas y ramas que hacían cosquillas y además me dejaban la piel babosa, cosa que en ese momento no me molestó en lo más mínimo. El agua no estaba nada clarita, pero no se veía puerca o atemorizante. Tenía los juncos que todo río decente debe tener y muchos insectos. Esto lo recuerdo tan claro como si estuviera viendo una foto de ecosistemas del libro de ciencias naturales de la primaria. En fin, cuando mi mamá se hartó de estar ahí, regresamos al mar, y seguramente me la pasé corriendo como loquita, quemándome (en esos tiempos la preocupación por el cáncer de piel, el bronceado ideal e incluso el ardor en la espalda que después me daría me valían madre) y jugando con las olas.
No sé cuánto tiempo estuvimos en Puerto Escondido ni si es como yo lo describo. No me acuerdo de ningún otro día de esas vacaciones ni de lo que hicieron mis hermanas o mis papás. Lo único que me viene a la mente cuando pienso en ese recuerdo es a mi, nadando en el río, cruzando un camino de arena para después llegar al mar. Seguramente hay fotos y bueno, bastaría con que le pregunte a mi papá qué más hicimos, pero no me gustaría romper el encanto. Es de las pocas vacaciones de las que tengo memorias propias, sin verse alteradas o incluso creadas después de mirar las fotografías.
Ansío volver un día de estos, para ver si el río sigue tan cerca del mar y poder nadar en los dos, ahora que ya puedo.

sábado, 2 de agosto de 2008

Emociones del ring

La primera vez que vas a las luchas es como otras "primeras veces": emocionante, el ambiente está lleno de expectación y desconcierto. Desde las taquillas, en las que me di cuenta de dos cosas: a) los revendedores se apañan todos los boletos posibles y b) no es tan popular como se cree, al menos ese día los boletos de filas 1 a 5 estaban en $300! chin, nos tuvimos que conformar con preferente, de a cien pesitos.
Una vez adentro, la gente no puede esperar a que se apaguen las luces y el "maestro de ceremonias" suba al ring a presentar el primer encuentro. Al aparecer Tigre Blanco y Sombra de Plata los gritos y chiflidos no se hacen esperar. La porra de los técnicos es iluminada para que todos podamos ver quienes son esos que no dejan de tocar el tamborsote y que se pelean con los de enfrente: la porra de los rudos. Esa a la que le llega el turno de ser alumbrada cuando aparecen Puma King y Tiger Kid. Es imposible escuchar el nombre de los luchadores con el escándalo que se arma, pero afortunadamente, la arena cuenta con dos pantallas de gran tamaño donde se ve no sólo el nombre de los luchadores (acompañado por un gracioso video de sus poses más ¿rudas? ¿sensuales?) sino algunos de los anunciantes y el logotipo del Consejo Mundial de Lucha Libre.
El encuentro, como todos los de ese día, fue a dos de tres caídas. Los técnicos resultaron ganadores después de haber perdido la segunda caída frente a los rudos. En lo que comienza la segunda lucha, hay que aprovechar para comprar la cerveza bien fría y las palomitas con chile. Los cueritos están reservados para los más valientes. Por ser novata rechacé la adquisición de un vaso de este "manjar" con limón y chile, que otros pedían con singular alegría. Preferí irme a lo seguro, las palomas. No pasó mucho tiempo para que el maestro de ceremonias subiera al cuadrilátero a anunciar el siguiente encuentro, y a mi parecer, el más emocionante: Dark Angel, Lady Apache y Luna Mágica vs Amapola, Princesa Sugehit y La Nazi. Los asistentes enloquecen con Lady Apache, veterana de gran técnica y muy querida entre la afición. Los chiflidos y gritos de "¡pinche gorda!" no se hacen esperar cuando La Nazi (masacota de 1.80) sube al ring a mentar la madre a sus detractores. Dark Angel hace gala de su agilidad y juventud al entrar volando entre las cuerdas, saludando a su porra que no deja de gritar y tocar el tamborsote. Luna Mágica da risa: chaparrita y petacona, no es tan ovacionada como sus compañeras pero después descubriría que es la de mayor aguante. Princesa Sugehit, la única con máscara (una especie de pescado) también sube a mentar madres, común denominador de las y los rudos, que entre sus filas de seguidores cuentan con el mayor aficionado a la lucha libre: El rudo de rudos, viejito de quien no recuerdo el nombre, que ha asistido a todas y cada una de las luchas que se presentan en la Arena México desde que existe este deporte en el país y que hace sonar su campana (como de lechero) cuando algún rudo hace de las suyas en el ring. Por último entra el plato fuerte de este bando, Amapola, con un título en su haber que presume ante los presentes que la reciben con chiflidos y el puño levantado. Como siempre, las mujeres no se andan con rodeos, no habían terminado de presentar a la última cuando ya se estaban cacheteando, jalando de los pelos y gritándose cosas. Luna Mágica es la primera en intentar una llave pero elige mal a su contricante, La Nazi, que fácilmente, le dobla el tamaño y le triplica el peso. Sin demasiado esfuerzo, La Nazi hace volar a Luna Mágica por los aires, y no ha terminado de caer cuando Amapola y Princesa Sugehit ya le están dando patadas por partida doble. Pero Luna Mágica no está sola, Dark Angel y Lady Apache acuden a su rescate, propinando patadas y haciendo llaves con gran maestría. La primera caída la ganan las técnicas, pero las rudas contraatacan sin mostrar piedad alguna. Si Luna Mágica había volado en la caída anterior, en esta se la pasa en el piso. Lady Apache recibe una patada voladora en el pecho y recién se había levantado cuando ¡MADRES! otra igual que la hace revolcarse en una esquina del cuadrilátero. Princesa Sugehit y La Nazi toman a Dark Angel por las manos y las piernas y la hacen retorcerse del dolor al aplicarle la cuneta. Los aficionados rudos se emocionan, gritan ¡MÁTALA! ¡ACÁBALA! mientras que los técnicos le dan ánimo a sus luchadoras: ¡LEVÁNTATE! ¡NO TE DEJES!.
El marcador está uno a uno. Ha llegado el momento de la verdad cuando aparece una edecán con un letrero en sus manos que anuncia la "tercera caída". La rechifla, tanto de emoción como de calentura por el cuerpo voluptuoso de la chica no se hace esperar.
Sin duda, la mejor caída de todas. Dark Angel arrojándose cual tigre fuera del ring con tal de derribar a Princesa Sugehit, Luna Mágica cobrando venganza por la madriza que sufrió, hace gala de su ingenio y de alguna manera logra derribar repetidas veces a La Nazi. Lady Apache y Amapola se encuentran en un duelo a muerte (o casi) y la porra no se hace esperar: TAN TAN TAN ¡LA-DY! TAN TAN TAN ¡LA-DY! mientras que los rudos alientan a Amapola: ¡Pártele su madre!
Lady Apache logra realizar una llave tras otra, mostrando a todos porqué es la consentida de la afición. Amapola se retuerce de dolor, sale disparada como chancla vieja contra el público, regresa al ring sólo para recibir más golpes. Cuando todas las técnicas han subido al ring, los árbitros las declaran vencedoras. No podría estar más feliz, así que grito "¡Esa es mi vieja!" refiriéndome a Dark Angel y su técnica de resorte. Las rudas alegan que esto y que el otro, pero todos sabemos que el fallo es legítimo. Por segunda vez, los técnicos tuvieron la victoria.
Es momento de comprar una mirinda y unas papas, para recuperar la energía perdida por tanto griterío y mentada de madre.
Se anuncia en las pantallas a Alex Koslov, y la histeria de las féminas no se hace esperar. El ruso, de muy buen ver, sube al ring y manda besos a discreción. Le sigue Valiente, luchador bajito y pesado poseedor de una máscara roja, que también recibe ovaciones y rechiflas. Por último aparece Mictlán, con mallón y máscara vistosos y un muy buen nombre. Del lado de los rudos aparece Dragón Rojo, poseedor del mejor cuerpo que haya visto en vivo y a todo color, Misterioso y Sangre Azteca. Este encuentro transcurre sin mayor emoción, mas que algunas llaves de gran dificultad y que seguramente causan mucho dolor y Alex Koslov bailando para todas nosotras. Después de empatar uno a uno, en la tercera caída los réferis declaran nuevamente que los técnicos vencieron.
La noche está cerca de su encuentro principal, pero antes, la semifinal de trios: Blue Panther, Marco Corleone y Dos Caras Jr. vs Villano, El Terrible y Texano.
Aquí sí los rudos hicieron honor a su nombre, y despojaron de su máscara a Blue Panther, que no tuvo otra opción que cubrirse la cara con su calzón blanco. Indignado, pidió el micrófono para retar máscara contra máscara al Villano, que provocó que los ánimos se encendieran cuando declaró "Acepto, como tu papa que soy". Indignada, no pude más que gritar un tímido "buuuu" para después perder la pena y gritar "¡Ese güey es puto!".
Las caídas transcurrieron entre costalazos, intentos por arrancar la máscara del Villano, Corleone recibiendo estoicamente golpes dados con las palmas abiertas y el Valiente, lanzándose fuera del ring con un mortal hacia atrás para acabar con la humanidad del Terrible. Por cuarta vez, los técnicos fueron declarados vencedores.
Ahora sí, la emoción estaba a tope y los ánimos muy prendidos cuando se escuchó "muero por besarte..." y la imagen del Místico apareció en las pantallas. El rugido de la afición fue ensordecedor, pero breve. No se compara con el griterío que recibió Dr. Wagner (WAGNER! WAGNER! o el Hijo del Perro Aguayo (Perro!, Perro!). Mister Niebla y Negro Casas completarían la tercia con el Místico para hacer frente a los Perros del Mal, en ese momento representados por los ya mencionados más Héctor Garza.
Tentada a comprar una pizza (PEPSAAA, PEPSAAA gritaba el señor) opté mejor por una "cheve", no fuera la de malas que en una de esas me ahogara con la picsa al gritar de emoción. Entendí porqué el Místico ha tenido tanta difusión en los medios de comunicación, pero a la vez tiene menos hinchas en la Arena. Poseedor de gran técnica, mostró dos que tres llaves y vuelos espectaculares, pero terminó recibiendo una tranquiza por parte del Perro y Wagner. Mister Niebla y Negro Casas no pudieron hacer mucho para defender a su compañero, pero sí mostraron sus habilidades individuales.
A pesar de que fue el plato fuerte, los luchadores de este encuentro se quedaron cortos (o tal vez yo tenía demasiadas expectativas). Lo más impresionante fue el jale que tiene Dr. Wagner, que me pareció considerablemente mayor al que tiene el Místico. Al terminar el encuentro, donde otra vez fueron ganadores los técnicos, continuó el pleito fuera del ring, por lo que la gente se quedó a mirar como Wagner y Místico peleaban y este último defendía su máscara, que ya se le estaba cayendo. Después, sin que los que estábamos en preferente pudiéramos ver con claridad, todos los luchadores desaparecieron y la gente comenzó a abandonar la arena.
Salí con ganas de comprarme todo lo que había: minicuadrilátero con su paquete de luchadores de plástico, lleno de rebabas, máscaras de todos los luchadores imaginables, playeras de Perros del Mal, bandas para la cabeza del Místico, llaveros en forma de máscara, en fin. Sin embargo, tanta comilona nos dejó sin dinero.
Pero fue una gran experiencia que sin duda repetiré, esta vez con dinero suficiente para ver más de cerquita y de paso comprarme algún recuerdito.

jueves, 31 de julio de 2008

Sabiduría de padres

Hace poco mi papá me dijo "Si tanto neceaste para estudiar comunicación y para ser periodista, hazlo!, no sé que estás esperando...". Chale, eso lo sentí como un balde de agua... tibia. Lo sé, lo sé: el estilo, la redacción, la ortografía, la visión crítica a la que aspiro no van a nacer un día por inspiración divina o qué sé yo. He escrito muy poco, parece que cada vez hay menos temas que me interesen para opinar acerca de ellos. ¿La reforma energética? ¿Beijing 2008? ¿Microsoft vs Google?
Por lo pronto, no escribiré sobre ninguno de los anteriores.Hoy quiero utilizar este espacio para desquitar mi enojo contra las personas que van por la vida presumiendo su congruencia "mente-habla-acción" (que en efecto, no poseemos muchos) pero que a la primera provocación, al primer asomo de incongruencia señalado por un tercero, justifican sus acciones con cualquier pretexto idiota. Y lo peor, cuando yo soy esa "tercera" y recibo respuestas como: "es que eso es diferente", "es que no lo puedes entender"o la mejor de todas, "es que tú no eres yo".¡Pues claro que no! Nadie se pone en los zapatos del otro con gusto, pero ¿por qué andar por ahí convencido de que eres dueño de lo que precisamente careces?Ahhh los humanos... somos unos seres bien chistosos y contradictorios. Ninguno se libra de esta condición, pero sería más astuto de nuestra parte si no lo evidenciáramos día a día, con cada acción que realizamos sin querer, sin saber, sin entender por qué...