Hace poco mi papá me dijo "Si tanto neceaste para estudiar comunicación y para ser periodista, hazlo!, no sé que estás esperando...". Chale, eso lo sentí como un balde de agua... tibia. Lo sé, lo sé: el estilo, la redacción, la ortografía, la visión crítica a la que aspiro no van a nacer un día por inspiración divina o qué sé yo. He escrito muy poco, parece que cada vez hay menos temas que me interesen para opinar acerca de ellos. ¿La reforma energética? ¿Beijing 2008? ¿Microsoft vs Google?
Por lo pronto, no escribiré sobre ninguno de los anteriores.Hoy quiero utilizar este espacio para desquitar mi enojo contra las personas que van por la vida presumiendo su congruencia "mente-habla-acción" (que en efecto, no poseemos muchos) pero que a la primera provocación, al primer asomo de incongruencia señalado por un tercero, justifican sus acciones con cualquier pretexto idiota. Y lo peor, cuando yo soy esa "tercera" y recibo respuestas como: "es que eso es diferente", "es que no lo puedes entender"o la mejor de todas, "es que tú no eres yo".¡Pues claro que no! Nadie se pone en los zapatos del otro con gusto, pero ¿por qué andar por ahí convencido de que eres dueño de lo que precisamente careces?Ahhh los humanos... somos unos seres bien chistosos y contradictorios. Ninguno se libra de esta condición, pero sería más astuto de nuestra parte si no lo evidenciáramos día a día, con cada acción que realizamos sin querer, sin saber, sin entender por qué...
jueves, 31 de julio de 2008
Sabiduría de padres
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