lunes, 12 de abril de 2010

(No)Ficción

"A ver si este fin" fue su respuesta. Cualquiera la hubiera interpretado como una de esas frases ambiguas que solemos decir cuando no ansiamos algo, por ejemplo, telefonear a alguien: "Sí, sí, nos hablamos...", pero ella no, ella lo tomó como un sí y decidió prepararse para la noche que había deseado por tanto tiempo.
Primero echó un vistazo rápido a su cuerpo. No podía hacer gran cosa por las lonjas y la celulitis, pero sí podía mejorar otras áreas con una simple depilación. Un pedicure no estaría de más y claro, ¿cómo olvidar el vello facial?. Sabía que los detalles hacen la diferencia, por lo que también decidió ponerse un tratamiento en el cabello. Después del baño más minucioso de su vida, pensó que cualquier error con la lencería resultaría fatal, así que puso cuidado en elegir un conjunto juvenil/sensual no muy exagerado. Al término de toda la rutina de belleza, se miró en el espejo y sonrió satisfecha. Ahora sí, nada podría salir mal.
Cuando se reunió con él, se decepcionó un poco al notar que no había nada de especial en su arreglo. Este sentimiento fue alargándose durante toda la noche; tendrían compañía, él salía constantemente a hablar por teléfono, estuvieron solos pocos minutos y durante esos pocos minutos, no pasó absolutamente nada.
Pfffff. Horas después, ya en su cama con su bonita pero intacta ropa y zona depilada y cabello perfecto, pensó que si ni en bandeja de plata la había "tomado", no lo haría nunca.

sábado, 10 de abril de 2010

Abril

"En una noche se pueden reunir todas las palabras de amor que se han dicho sobre la tierra y prenderles fuego…"

Es cierto. La hoguera monumental ardería interminablemente porque estamos acostumbrados a decir esas palabras de amor a la menor provocación.

Ya no quiero pensar en eso. Después de tantos meses y amnesia repentina, ¿volver a lo mismo? Primero muerta!

Lo estoy intentando, en serio que sí.

lunes, 5 de abril de 2010

Rules of attraction

Lo intenté, ¡de veras que sí! pero no puedo...
Algo falta, y no es algo pequeño o insignificante, sino que es producto de todo un proceso que nuestra mente realiza en segundos para darnos luz verde y así poder sonreír, tener una conversación, intercambiar teléfonos, etc., etc.
Nadie busca la perfección, y los pocos que lo hacen, están pendejos. Sin embargo, dentro de todo ese mundo de imperfecciones interminables, hay que elegir la que nos parezca mejor. Imperfecciones deliciosas, naturales y hasta graciosas que nos motiven a descubrir todas las partes de ese cuerpo y ese rostro; las marcas de la vacuna y la varicela, el vello en piernas y nalgas, los lunares en la espalda, la flacidez o firmeza del abdomen.
Cuando el Deseo siempre está presente, rebasando cualquier defecto y discusión (léase el "sexo de reconciliación"), es cuando sabes que elegiste bien.